"Imaginaos 150.000 hombres, mujeres y niños que huyen en busca de refugio, temerosos del ejército nacionalista del general Queipo de Llano.
No hay más que un camino. No hay más vía de escape. La ciudad que
buscan es Almería, y hay que andar hasta allí cerca de 200 kilómetros
(...) Tienen que caminar mujeres, ancianos y niños... tambaleándose,
tropezando, abriéndose los pies en los pedernales polvorientos, mientras
que los fascistas los bombardean sin piedad desde los aviones y los cañonean desde el mar".
El testimonio pertenece a la libreta de anotaciones de Norman Bethune,
reputado cirujano pulmonar canadiense que acudió a la Guerra Civil
española como voluntario del Socorro Rojo. Su testimonio escrito y las
fotos de su ayudante, Hazen Size, es de lo poco se conserva de uno de los episodios más trágicos, y desconocidos, de la Guerra Civil: la desbandá. El
8 de febrero de 1937 caía Málaga a manos del ejército franquista y
decenas de miles de personas huyeron de la ciudad. Las tropas salieron a
perseguir a los civiles y mientras eran bombardeados desde el aire por
aviones alemanes e italianos y desde el mar por buques nacionales.
Ahora, cuando se acerca el 80 aniversario de esta tragedia, el Centro Cultural Conde Duque de Madrid acoge una exposición
sobre el doctor Bethune y su trayectoria vital, que engloba su paso por
la I Guerra Mundial, el trabajo en Canadá con los más desfavorecidos,
la Guerra Civil y la invasión japonesa de China, donde falleció. La
exposición, que fue inaugurada el pasado 17 de enero, permanecerá
abierta hasta el 2 de abril. Es gratuita.
"Hay personajes que atraen por encima de sus ideologías. Son personas altruistas que entregan su vida a los más vulnerables. Personas convencidas de que cada individuo por sí solo puede cambiar el mundo y transformarlo en un lugar más justo y solidario. Entre estas personas se encuentra el doctor Norman Betyhune, un primer médico sin fronteras", escribe Jesús Majada, comisario de la exposición.
"Hay personajes que atraen por encima de sus ideologías. Son personas altruistas que entregan su vida a los más vulnerables. Personas convencidas de que cada individuo por sí solo puede cambiar el mundo y transformarlo en un lugar más justo y solidario. Entre estas personas se encuentra el doctor Norman Betyhune, un primer médico sin fronteras", escribe Jesús Majada, comisario de la exposición.
Exposición El legado del doctor Bethune en el Centro Cultural Conde Duque- OSCAR RODRÍGUEZ
Este "médico sin fronteras", como dice Majada,
fue fundamental para ayudar a llegar con vida a Almería a muchos de los
civiles que huían, pero, además, su testimonio ha sido fundamental para
conocer la verdadera magnitud de la tragedia. Este es otro párrafos de
sus apuntes personales:
"Los niños llevaban solamente su pantalón y las niñas su vestido ancho, medio desnudos todos bajo el sol... Niños con los bracitos y las piernas enredados en trapos ensangrentados:
niños sin zapatos, con los pies hinchados; niños que lloraban
desesperados de dolor, de hambre, de cansancio... cuatro días
perseguidos por los aviones de los bárbaros fascistas, y cuatro
noches de caminar en grupo compacto hombres, mujeres, niños, mulas,
burros y cabras, tratando de mantenerse juntas las familias, llamándose
por el nombre propio, buscándose en las sombras", prosigue el relato de
Bethune.
Tras este episodio, Bethune regresó a Canadá
para recaudar fondos para el Servicio Canadiense de Transfusión. Pero ya
nunca más regresó a España. Una vez en Canadá, decidió viajar a China,
que había sido invadida por Japón. Llegó en 1938 y organizó la sanidad
del Octavo Ejército, forma numeroso personal sanitario y ejerce como
cirujano de campaña. Sin embargo, la mala suerte se cebó con él. En una
operación sin guantes se cortó con el bisturí y la herida, infectada, le
causó la muerte. Era el año 1939.